Thursday, November 27, 2008

Re-Animator

Continuando con el tema del idilio entre los norteamericanos, las farmacias y los fármacos, aquí otra muestra de la particular libertad con la que se afronta la cuestión: los ensayos clínicos/farmacológicos con seres humanos.

Lo hemos visto en alguna película, pero no recuerdo en cuál/es. Por favor, si alguien da con una que me lo comente y la ponemos. Un tipo va a un sitio de médicos, firma un papel y se somete a cualquier tipo de droga o tratamiento. Es así. Lo intenté en su día, cuando estudiaba en Texas y en este país gobernaba Clinton. Lamentablemente, había consumido en los últimos 6 meses sustancias no compatibles con el estudio (ni con la legislación vigente, ya que estamos), así que me quedé sin probarlo. No recuerdo cuál era el experimento, pero sí que la recompensa era interesante y que en ese momento me venía de puta madre.

Ésta es la página de ofertas de empleo del LA Weekly de una semana cualquiera, entre los clasificados de putas y las ofertas de apartamentos de alquiler. Hay bastanes más, esto es sólo una selección:



Síndrome de falta de atención, trastorno bipolar, ardor de estómago, dependencia de opiáceos... La industria farmacéutica siempre a la búsqueda de la cura para los males de la mente y la barriga. Por lo menos los patrocinadores de los estudios, de nombre, tienen ciertas garantías: los laboratorios Lilly o el hospital Cedros del Sinaí (éste sí que sale un montón de películas!).

Para películas de pruebas médicas, me quedo con Re-Animator, un auténtico, inclasificable clásico de los ochenta. Se hicieron secuelas y cosas raras después, incluida una española con la Pataki, pero me he negado a verlas por respeto al original. Ahí va. No es el trailer oficial pero sí un buen compendio:

Thursday, November 20, 2008

Drugstore Cowboy

En Los Ángeles, o te pones botox y silicona o te haces adicto a algo o las dos cosas. Yo enfurruño mucho los ojos para enfocar cuando hay sol, como Clint Eastwood en Por un Puñado de Dólares, por lo que tengo una patas de gallo muy parecidas a las suyas. Ni modo que me las cargue con botox. Total, que creo que acabaré haciéndome adicto a algo. Creo que siempre soñé con una sobredosis de bourbon y un bote entero de esos naranjitas en los que las pirulas hacen un ruido tan simpático. Qué diferencia con los fármacos patrios. Sobredoparse con estos botes está tirado: abres la tapa, te llenas la mano de pastillas y pa dentro. En España es imposible. Para cuando has terminado de sacar todas las pirulillas de su laminita a fuerza de apretar con el pulgar seguro que te ha dado tiempo a ver tus problemas desde una perspectiva prudente y desapasionada. Además, para que te den una dosis chunga tienes que estar tan jodido que ni ganas ni fuerzas para numeritos te quedan. Aquí con un dolor de espaldas te endosan 3 medicinas distintas, cada una en su bote y con un mogollón de dosis cada una. A las pruebas me remito:

Dos de ellas decia el prospecto que podían causar somnolencia, o eso pensaba yo. En realidad lo que podían causar era algo muy parecido a una parálisis completa de la actividad cerebral Qué forma de dejarte grogui. Ni botella de bourbon ni hostias. Cuatro pirulas de esas y una litrona y al despertarte desayunas con Marilin Monroe. Ahora me creo lo de las sobredosis accidentales que tanto abundan por los barrios colindantes al mío.

Los nortemericanos tienen una relación muy particular con los medicamentos. El poder de la industria farmacéutica y su maquinaria de marketing y la intolerancia de los gringos al dolor y a las incomodidades en general genera un círculo de invención de enfermedades y remedios ficticios que tiene a una buena parte del personal gilipollas perdido. Aquí el más tonto sabe qué tomarse para obtener remedio a cualquier malestar físico, psíquico o espiritual. Como Matt Dillon y sus coleguis en Drugstore Cowboy, la película de culto de Gus Van Sant. Bueno, todo lo que hace este tipo acaba siendo de culto. Para ser honestos, de ésta solo he visto cachos, pero me consta que es de las que mejor cuentan la relación de esta gente con sus farmacias.

Wednesday, November 19, 2008

Un Día de Furia (Falling Down)

Leo con espanto el otro día que las ventas de armas en Estados Unidos se han disparado (ji, ji,!disparado!) desde la elección de Obama. En la mayoría de los medios se hablaba simplemente del temor a que el nuevo presidente prohíba el acceso a las armas de asalto, pero en esta nota del Los Ángeles Times no se cortan al comentar cómo algunos de los entrevistados aluden al miedo a disturbios civiles por la crisis económica y, otros, a una posible lucha entre razas. En otro país, otra ciudad, esto sonaría a retórica, pero no en Los Angeles:


Uno, tan blanquito, tan inexperto en el uso de armas de fuego y tan acojonadito por naturaleza, no puede sino sentir un sincero escalofrío y pedir que, virgencita, nos quedemos com estamos. Prefiero la violencia divertida de Joel Schumacher en Falling Down, que en España se llamó Un Día de Furia, no fuera que la metáfora no dejara ver el bosque. A la película le llovieron palos por todos lados, pero yo, que me mamado mis atascos en la 405 a 30 grados, entiendo muy bien la neura de Michael Douglas. Que a mi Chevy Malibu no le funciona el aire, jodeeeer.

Sunday, November 16, 2008

Terremoto!

En California, la obsesión de los norteamericanos por la seguridad y la prevención, sumada a la abundancia de catástrofes naturales, da lugar a cosas muy curiosas. Los incendios de estos días, por ejemplo, estaban prácticamente predichos desde la semana pasada. La combinación de muy baja humedad, temperaturas de 30 grados y los vientos de Santa Ana tenían en alerta a las autoridades, convencidas de la inminencia de nuevos fuegos. No se equivocaron.

Predecir los terremotos es más complicado, pero la prevención está siempre en marcha. La semana pasada se realizó un gran simulacro a escala regional, y la propuesta no deja de acojonar un poco, y no sólo por la gramática y ortografía: El Simulacro ShakeOut se encuentra basado en un terremoto de magnitud 7.8 en la parte sur de la Falla de San Andrés. No se trata de saber si un terremoto de ésta magnitud ocurrirá—más bien, es saber cuándo. Y es muy posible que suceda durante nuestro tiempo de vida. El Big One, para los amigos.
Avisos ha habido, el último en 1994,



En el cole de los nenes también hicieron el simulacro, y se lo pasaron medio bien metiéndose debajo de la mesa, saliendo ordenadamente de la clase y todo eso. Lo que me puso los pelos de punta fue la circular que enviaron a casa:

En particular, la parte en la que piden que cada niño tenga en la escuela una bolsa con dos barritas de cereal, dos cajitas de zumo, una manta, frutos secos, keleex, un juguete o un libro... y avisan de que en caso de catástrofe sólo podrán recogerlos las personas previamente autorizadas. Lo del kit de emergencia en casa para estos casos ya era difícil de asimilar (el transistor con pilas es lo que más yuyu daba). Pero ya cuando te hacen imaginarte la escuela derruida y los niñitos sobreviviendo con sus cacahuetitos, envueltos en la mantita y abrazaditos a su peluche... uf!

Quitémosle hierro al asunto con el trailer de la simpática Terremoto, del año 74, con Charlton Heston y Ava Gardner (la que pudo reinar España) en plena cuesta abajo física y artística. Era la época del cine de catástrofes y se anunciaba con el maravilloso sistema del Sensurround. Menudo timo aquello del Sensurround. Qué 65 pesestas más mal gastadas en el cine, coño.

Friday, November 7, 2008

L.A. Confidential

Hace tiempo que tenía la información y no iba a usarla nunca. Pero ya me terminó de tocar las narices la reina con las chorradas estas de las bodas gays, el aborto, la religión, la eutanasia y otros temas de los que opina en el libro que le han sacado. No, no he leído el libro por lo cual hablo de oídas, la mujer tiene todo el derecho a expresar sus ideas y bla, bla, bla, pero si nos ponemos exquisitos nos perdemos el cotilleo, y tampoco se trata de eso, ¿no?

¡¡¡AVA GARDNER PUDO HABER SIDO LA REINA DE ESPAÑA!!!

No me lo invento, lo dice la revista Confidential de octubre de 1958, página 24. La revista tampoco me la invento, existió en Los Ángeles en los años 50 e inspiró el nombre de la novela de James Elroy, LA Confidential. Para muchos fue la precursora de las revistas del famoseo de hoy día, pero con un toque de glamour y vicio a años luz de lo que conocemos hoy. Se veía muy bien en la película del mismo título, la de Kim Basinger. Había más gente en la película, pero ninguna como la Kim.
A Ava Gardner, gran amante de España, sus costumbres y sus gentes, le gustaba más un torero que un buen guión, y algo menos que un buen martini. Entre matador y matador, dice la reportera que también encontraba tiempo para pasearse por Madrid (un eufemismo muy de la época de Franco ese de pasearse) con el Príncipe, que por entonces estaba en Lisboa con su padre, ese tipo que a pesar de no comerse un rosco todo el mundo llamaba DonJuan. Igual ella supo ver el matador que el Príncipe llevaba dentro. Con el estoque no sabemos cómo se manejaba el andoba, pero con la pistola, uf, ojito.
Ella tenía 37 años y tres matrimonios (Mickey Rooney, Frank Sinatra y Artie Shaw) y el Borbón 20, y se iban a tomar copitas a La Cueva de los Piratas. Quiero pensar que la periodista gringa quiso decir Las Cuevas de Luis Candelas, porque no encuentro el dato de la cueva de los piratas por ningún lado. O Google me falla o ese antro no existió nunca.


La nota se pregunta si los 30 millones de españoles soportarían una reina no española. Yo creo que por una señora como Ava Gardner hasta los suscriptores del ABC podrían haber hecho una excepción. De haber podido tener como reina al Animal más Bello de la Tierra pasamos a tener... pues eso.

Por favor, si alguien del CNI-CSID va a venir por casa, que no me lo revuelvan todo, que estoy de alquiler y el dueño lo último que necesita es una excusa para quedarse con el depósito. La revista está en la cajonera de la izquierda, una de estas de Ikea, gris y metálica. En el segundo cajón. Hay de todo en ese cajón, es el de las cosas inclasificables.